jueves, 27 de mayo de 2010

La doctrina del shock

Esta receta neoliberal está basada en el libro de Naomi Klein, “The Shock Doctrine”, en el cual desmenuza lo que denomina “el capitalismo desastre”. La receta se ha utilizado en muchos países para beneficiar al pequeño grupo de banqueros, empresarios y políticos que configuran la oligarquía local. Los pasos de la receta son los siguientes:
1. Se da un golpe de estado o se gana una elección engañando a la gente prometiendo toda clase de maravillas pero haciendo lo contrario al llegar al poder.
2. Se utiliza una crisis económica real o se le hace creer al pueblo que hay una crisis económica terrible.
3. Se presentan los datos económicos más negativos posibles y se desprestigia el país ante el mundo. Las agencias crediticias rebajan el crédito del país.
4. El gobierno plantea que las agencias crediticias favorecen que se despidan empleados públicos, se eliminen programas sociales, se recorte el presupuesto, pasos que seguramente resultarían en una terrible crisis social. Dejan esqueléticas a las organizaciones gubernamentales para facilitar su eliminación o venta a manos privadas.
5. Se debilitan sistemáticamente las estructuras políticas, asociaciones profesionales, uniones y todos los grupos sociales que puedan hacerle frente al embate. El esfuerzo incluye cambiar leyes, alterar constituciones, eliminar parlamentos. Lo que sea.
6. La gente no entiende qué pasa, un golpe tras otro desmantelando todo el entramado social y legal existente. Ese es el shock y el pueblo no sabe cómo ni a qué reaccionar.
7. Mientras la crisis avanza, en vez de resolver los problemas, el gobierno toma acciones contrarias que agudizan cualquier situación social negativa en el país y continúan desestabilizándolo todo consistentemente. Necesitan mantener al pueblo en shock para que no puedan reaccionar. Tienen que trabajar rápido, antes de que la gente se dé cuenta de que son acciones concertadas, de que hay un plan oculto.
8. El gobierno designa un comité de economistas de la misma onda y contratan consultores, supuestamente "externos", para darle credibilidad a las medidas que se toman. Empieza la venta de todas las riquezas del país a empresas privadas extranjeras multimillonarias. Son precios de quemazón y contratos leoninos que atan al gobierno por décadas.
9. El gobierno elimina las garantías constitucionales y se amplían los poderes de la policía y el ejército para perseguir a los que protesten. Aumenta la represión. En muchos países han usado la tortura, los asesinatos (individuales y en masa), el secuestro de líderes y las desapariciones. Son especialmente crueles con los estudiantes.
10. Se compra o amenaza a los medios de comunicación y a cualquiera que pueda hacerles frente. Se espía por todas partes. Reina el miedo.
11. Unos pequeños grupos de las élites del país se hacen extravagantemente ricos mientras que el pueblo se sume en el terror, la pobreza, la desesperanza. Se agudiza la criminalidad y la descomposición social.
12. Algunos países se dan cuenta y detienen el saqueo, pero si no logran hacerlo a tiempo, varias generaciones tendrán que cargar con las deudas que les dejan los que se han beneficiado del desastre.
Esta receta apocalíptica es un resumen de la realidad histórica internacional que investigó Naomi Klein, una periodista canadiense que se ha dedicado a estudiar las transformaciones económicas neoliberales en el mundo y que presenta en su extraordinario libro The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism ( La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre).
Su premisa es que tras un trauma colectivo, una guerra, un golpe de Estado, un desastre natural, un ataque terrorista o una debacle económica los gobiernos usan métodos para inducir la regresión en sociedades completas que los colocan a todos en un estado de shock. Y en el período subsiguiente, como el paciente de electroshock o el prisionero en la sala de interrogatorios, también los ciudadanos nos volvemos infantiles, más inclinados a seguir a dirigentes que aseguran que nos protegen.
Klein relata que este modelo se inicia en el Chile de Pinochet en los 70's y ha continuado implantándose en escenarios tales como Argentina, Bolivia, Polonia, Rusia, China, Filipinas, y en Indonesia tras el tsunami. Más recientemente se ha empezado a ver en Haití. ¿Lo estará experimentando la claque de Fortuño en Puerto Rico? Las similitudes son alarmantes.